Inteligencia Artificial para hablar con los animales

Inteligencia artificial animal

En la última década se han producido grandes avances en Inteligencia Artificial. En concreto, su aplicación en áreas como la comunicación humana ha permitido el desarrollo de asistentes virtuales accesibles para los ciudadanos o el desarrollo de las empresas en materias de marketing y colaboración. ¿Por qué no usar la Inteligencia Artificial para el estudio del comportamiento animal?

Algunos de estos asistentes tienen la capacidad de comprender distintas lenguas humanas y responder de forma coherente. Ahora bien, ¿podríamos aplicar esta capacidad a otros lenguajes no humanos? ¿podríamos usar la Inteligencia artificial para hablar con los animales? El desarrollo de campos científicos como la etología, ecología del comportamiento y la bioacústica junto con esta gran herramienta podrían llegar a permitir que el ser humano comprendiera mejor la biología conductual de miles de especies a través de su lenguaje único.

Deep learning y lenguaje

El deep learning es una aplicación del machine learning el cual usa algoritmos complejos con una estructura lógica similar al cerebro que es capaz de aprender, comprender datos no estructurados y hacer observaciones sin un entrenamiento explícito. Es como enseñar a una persona el concepto de manzana y que, con esta simple descripción, sea capaz de reconocer cualquier manzana sin importar su variedad, maduración, color, etc.

En el año 2013, se desarrolló una nueva técnica de aprendizaje automatizado con la capacidad de representar geométricamente miles de palabras de una lengua. Algo similar a una nube cuyas partículas son palabras y la dirección y distancia entre ellas codifica su significado. Esta IA permite que los distintos lenguajes humanos se traduzcan sin diccionarios, simplemente hace coincidir la posición de la palabra dentro de la nube (representación geométrica del idioma).

Conocida esta técnica, solo hacía falta un grupo de científicos, pensadores, artistas e ingenieros preocupados por la conservación de las especies para conseguir comprender la comunicación oral de las especies animales. Así nació ESP's technical roadmap.

El lenguaje no humano

Los científicos llevan décadas intentando comprender el lenguaje de los animales no humanos. Con este fin, una de las herramientas más utilizadas son los etogramas. A través de ellos, los investigadores pueden clasificar las distintas pautas conductuales, su significado y su uso por parte de la especie en estudio.

El principal hándicap de la creación de etogramas es la cantidad de horas de grabación, observación y clasificación que ellos conlleva. Pues no solo se debe tener en cuenta la comunicación postural, también los sonidos e incluso la situación en la que se producen, que no solo puede durar segundos, en ocasiones pueden ser meses e inclusos años.

Por otro lado, estos datos pueden ser muy complicados de registrar, además del número tan pequeño de científicos con experiencia suficiente en una especie determinada que pueden estructurar y clasificar estos datos.

Por último, se deben tener en cuentas las restricciones éticas existentes para evitar que las especies de estudio sufran ningún daño. Lo cual, dificulta y alarga aún más el estudio del comportamiento.

comportamiento social animal

Aplicación de la Inteligencia Artificial para comprender la comunicación animal

Como no podía ser otro forma dada nuestra condición animal, el resto de animales interactúan con su medio a través de multitud de modalidades como sonidos, química, visión, etc. Para comprender en profundidad el lenguaje se deben tener en cuenta estos aspectos así como tener datos suficientes de todos ellos.

La forma en la que la organización EPS consigue estos datos va desde registradores biológicos transmitidos por animales, cámaras trampa, grabaciones de video de terceras personas e incluso rastreos web. Todos los datos conseguidos van siendo almacenados y procesados por la red neuronal que a través de un aprendizaje no supervisado es capaz de predecir cada vez mejor el significado de la conducta de un individuo de una especie de estudio e incluso una especie nunca antes estudiada.

Aunque con un matiz algo futurista, el tiempo, el estudio y el desarrollo, podrían llegar a conseguir que esta tecnología podría llegar a permitir la comunicación bidireccional entre nuestra especie y el resto de especies animales.

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